Paquito

¿Sabes? el otro día te escuché reir... me dí cuenta que a pesar de todo... tu risa me tranquiliza... me... hace... feliz.
Es muy agradable verte, oirte y saberte feliz.

Te regalo un vistazo a las cosas que nunca comparto, que me callo y que me guardo, que escribo y releo, pero guardo bajo el brazo :

Mi hermano ha sido aquel con el que me la he pasado peleando toda mi vida. Es ese con el que jugaba los videojuegos queriéndolo vencer; el mismo que me escuchaba mientras andaba de niño queriendo ser un galán. Mi hermano... ese al que golpeé en la boca, a puño cerrado y dejó en mis nudillos una cicatriz, mi peor enemigo algunos días, el mismo que un día me dejó... se fue a formar en la fila rumbo al destino, en el preciso momento en que necesitaba un mentor.

Sí, tú que traicionaste la fe que tenía puesta en ti buscando otros hermanos; ese con el que me agarraba a insultos por tonterías con importancia. Vencidos ambos por palabras de los dos nos retirábamos, nos dolíamos y así nos tocaba amarnos.

No dejo de recordarte en esta nuestra ciudad natal, por culpa de las nostalgias que viven en sus paisajes, aunque el tiempo se afana en cubrirlos con disfraces; ahí sigue tu recuerdo, pues nuevamente éstos suceden en mi corazón, en el rincón donde guardo lo que más amo con tanto esmero.

Porque… no hay mejor hermano que éste… como dice mi querido Sabines “después de todo” eres mi único hermano. Porque te peleaste conmigo, porque me dejaste solo… porque lo que eres también es parte de lo que soy, porque eres lo que eres… y de ti también aprendí parte de lo que soy.

Porque no quiero otro, eres tú a quien quiero.


28... ¡ya te tardaste con mis sobrinos carnal!

1 comentarios:

n€n∂ h€rMø§∂ dijo...

Ah, que bonito, que padre que te lleves bien con tu hermano, jejeje, no cabe duda que la familia es la familia...

Saludines!