Poesía v1.0

Se les llama : cuerdas bucales... y su pertenencia es tuya, supongo yo que la locura que me traen... ¿será de los dos?

Aumenta su velocidad : corazón... y es mío, la sensación de frío craneal solo la poseo yo.

Deseo tanto mirarte, abrazarte, olerte y escucharte, platicarte y mirar la comisura de tus labios cuando sonríes...que delicada dulzura... y mortal hendidura.

De mi ubicación a la tuya podría hacer una poesía de movimientos para llegar a ti, rozarte, olvidarte por un momento, ser fuerte pues eres imposible, tan imposible que solo la mirada te roba esas caricias… son mis ojos quienes se deleitan contigo, mi presencia… mi ser no tiene nada tuyo más que tu sonrisa… una sonrisa que viene y va, de vez en cuando el sonido de tu voz, de tu respirar, tu suspiro, eres tan efímera, eres tan fantástica, solo en un sueño se podría extender un tiempo juntos, un futuro de ambos… pero la realidad es dura, triste y ruda.

Tú... apacible, serena y madura y con un grandioso toque de hermosura, tanta por dentro que provoca mi locura.

...de la calle

Cuando despiertas te da hambre, desayunas; realizas tus actividades y después te da hambre de nuevo, comes; continúas tus actividades, convives con gente, algunos desconocidos y otros conocidos, unos queridos y otros odiados; más tarde vuelves a necesitar alimento, cenas; al final del día estas cansado y en tu cama inicias una jornada de descanso.

¿Te imaginas despertar en la calle, sin familia, sin amigos, encogido para resguardar el calor que produce tu cuerpo, sin periódicos, cartones o cualquier cobijo más que tu piel?
La luz del día te hace partícipe de otra jornada, la cual empiezas con hambre, al caminar buscas qué comer y percibes a lo lejos un delicioso aroma, comida, te acercas y solo hay desconocidos que te ofrecen patadas y desprecio, aunque no es el mismo lugar que ayer, ya es costumbre que te reciban así. Encuentras algunas sobras por ahí tiradas y de repente, un basurero, lleno de sobras que para la hora son más que suculentas, ingieres lo poco que hay… tu hambre no esta saciada.
No has comido bien desde… que recuerdas, no eres muy fuerte, más bien te acercas a lo débil, necesitas descansar. Entre tanto ruido y tanto movimiento, es difícil encontrar un lugar, y cuando lo encuentras, no eres bienvenido. Tanto buscar un lugar para descansar te da más hambre, sigues buscando qué comer, pero en tu camino solo encuentras sobras.
El día no pinta muy bien… el sol se despide de ti y comienzas a usar tu visión nocturna que no anda tan mal.
El hambre no cesa, tu fatiga tampoco y no has encontrado comida ni refugio, por mas que buscas calma, solo encuentras movimiento y una oleada de desprecio, finalmente tu entorno se ve un poco más tranquilo, frío, pero mejor sin tanta gente, ruido y demás.
Agotado quieres caer rendido en cualquier lugar, buscas alguna esquina, algún refugio… tu cuerpo agotado trata de aliviar su padecimiento durmiendo un rato mientras esta pendiente de que no estés en peligro, pues cualquier sonido puede significar peligro.

Y el sol te saluda de nuevo… una vez más no dormiste bien, tienes hambre y la gente te desprecia, estas solo… solo como un perro… un perro de la calle.

Ayudémonos, los perros no tienen la culpa.

(eso fue un día muy Light en la vida del perro, observa por lo menos 1 hora a uno de ellos, te darás cuenta de la asquerosa sociedad en que vivimos; sin contar con la innumerable población de canes que mueren en el asfalto).