Cuando... uno anda solo

Las mañanas con tanto sol, sin tantas esperanzas de mirar… te, las manos ardiendo por el desierto, pero heladas de tu presencia.

Las melodías que desencadenan un escalofrió por la médula, hasta el cerebro… que recuerda que no estas.

Por más que uno busca en el refri… incluso en el congelador… uno se da cuenta que no hay recipiente alguno que pueda guardar caricias, besos y compañía, por más dulces y hermosos que hayan sido. El cerebro no lo recrea igual.

Así… andando uno solo, el tiempo se pierde, parece extraviarse en… algún lugar… como que se te esconde mientras lo quieres encontrar. Sientes que hasta duele darse cuenta la cantidad de minutos que han pasado mientras te acompaña la soledad.

Duele ver el celular, duele pensar…te, igual que recordar…te, viendo la maleta y los pasajes; hoy frené en seco y… volteé a mirarte… galaxias distintas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Por unos momentos es como si uno se acostumbrara al dolor, también debe disfrutarse...pero duele demasiado y a veces es tan difícil. Como dices duele todo eso que mencionas...