La existencia de un demente afrodisiaco

El hilo de la vida debería de ser de plata, de ese modo no habrá modo de reventarlo, el viento congelaría su espíritu al pasar, reforzaría el interior mientras el exterior brilla aparentemente. La ausencia del calor irónicamente fortalece el sentimiento... una escalada de notas melancólicas que retumban en el cuerpo del instrumento hueco del corazón.

A lo lejos un sentimiento aúlla, comunica desde el fondo de sus pulmones con un llanto desgarrante que la soledad quiebra su paciencia, ha quedado una cicatriz de aquella espina que dañó el corazón. La fiebre ha mermado la razón y provoca una ilusión... crea el fantasma de su presencia y se burla mientras huye regalándole con desprecio su ausencia.

En lo alto de la urbe hay un gigante que tiene en su poder un cofre vacío, ahí guardaba su más grande tesoro... su torpeza le obligó a regalar la llave... su inocencia marcó su destino. El gigante reanuda su rutina que rara vez le pone de frente el motivo de su llanto, es cuando el cielo se compadece de él y hace llover para disimular la tristeza que aqueja la vida de un sensible e inocente señor confiado.

Hay un ángel que guardó silencio cuando tropezó la razón. No realizó movimiento alguno mientras los acordes del violín cruelmente adornaban la caída del imperio que estaba en manos de la razón y pasó a manos del corazón. Una emotiva tragedia que sucede cuando  la paz es desterrada y es bienvenido el capricho del amor.

He tomado tus senos en mis manos, los mudé a la habitación de mi recuerdo y me he encerrado ahí a pensar en la calma del valle de tu piel. Planeo la estrategia que provocará un revuelco con tu aliento acompasado con los movimientos dentro de tu vientre. Las estrellas en tus ojos ocultan el mapa que me guía a tu mente y es mi lengua quien amenaza a la tuya para revelar el secreto que te vuelve demente. El batallón de mis dedos se amotina en tu trasero para ejercer presión a tu voluntad que pende de un hilo. Es mi voz que se expresa quien finalmente logra la victoria y se roba tu suspiro.

0 comentarios: