...de la destrucción de expresiones

Últimamente he observado la facilidad de palabra que tiene la mayoría de la gente; es curioso ver que esta facilidad de palabra conduce irremediablemente al olvido de las mismas. Lo mejor de esto es que no es irreversible; si no fuera así, el circulo no se cerraría y sería catastrófico.

Me atrevo a decir que en la niñez más prematura uno tiene claro el más basto sentido de las palabras. Este estado semiinconsciente dura hasta el final de la adolescencia.

A partir de ahí entramos en el proceso del que hablaba, y deduzco por plena actitud de retención cronológica que se recupera más tarde para, creo, morir con ella.

Es un gran alivio saber que uno puede morir completamente paranoico, disminuido y totalmente desgraciado por la lija de los años, pero con el concepto muy claro de las palabras, en especial algunas de ellas.

Sí, porque ¿Cuántas veces has manchado las palabras “te quiero”, “te lo juro”, “amistad”, “lo hago de corazón”, “no te olvidaré”, “pide lo que necesites”….? Miles, pero ¿Cuántas veces he soportado un “te quiero” que significaba un “¡ña!”, un “lo siento” que en realidad era un “¡tomala!”?.

Para decir una de estas palabras hay que tomarse un tiempo previo de reflexión, porque si no vamos a destruirlas, pero no gramaticalmente, sino, lo que es muchísimo peor, las vamos a destruir en su significado. Ya no va a decir nada un “te quiero”, no será suficiente un “te esperaré” para recordar, no podremos decir “amigo” y que nos den amor.

Ya nunca podrás oír “no te olvidaré” y pensar que no te olvidarán, o peor aún, no estarás seguro si te dicen "te amo" o simplemente creen que se escucha bonito.

3 comentarios:

Piro dijo...

La capacidad de hablar sin parar de la especie humana, y especialmente de su tendencia de remarcar lo que resulta completamente obvio, tal como cuando decimos "Buen clima, no?" o "te cortaste el pelo?" o alguien se acaba de caer desde 4 pisos y preguntamos "te encuentras bien?" ha sido un tema que ha dejado perplejos a mas de un cientifico.

Inicialmente la teoria era que, si las personas dejaran de hablar, sus bocas dejarian de funcionar.

Aunque exitosa, esta teoria tuvo que ser descartada y reemplazada por la version actual que es universalmente aceptada como correcta y que dice:

Si las personas dejan de hablar, sus cerebros comienzan a funcionar.

Saludos a Douglas Adams donde quiera que este.

alonso182 dijo...

Indudablemente un comentario muy acertado, aunque en el mortifero rio de palabras me perdí tratando de rescatar lo mejor de dicho laberinto y no encontré el motivo, que puede asemejarse a "solo redundas sin sentido", "aquí una respuesta" o "vaya, ya era tiempo de que comprobaras la nueva teoría".

Interesante tu blog, muy cierto, el bloggin' se ha vuelto muy común, tan común que imaginate, mi hermano cási cual moda comenzó y de ahí me jaló... parecerá mentira, pero detesto hasta cierto punto el bloggin' que ya tiene un muy buen rato. Por obviedad sin duda hay blogs muy buenos que sí vale la pena leer que nos enseñan un poco a dejar de dar patadas de ahogado en un charco.

Buen trabajo.

niXXiL dijo...

Jajajajajajajaja... no te vuelvo a "jalar" a ningun lado entonces!!!

A veces parece que si te gusta dejar de hablar, será cierto eso o es mi imaginación ??