Encontré un botón tirado en el suelo, estaba descansando en
la tersa textura del fondo de mi alma cuando lo encontré... no sólo dejaste esa
parte de tu blusa en mi, dejaste una foto en blanco sobre el buró de mis
recuerdos, una peineta rosa en el cajón de los calcetines de mis ganas,
demasiados sueños en cada una de las almohadas donde duermen mis anhelos, el sabor
de tus labios en los míos, el aroma de tu rostro en mis manos y el sonido de tu
risa en lo profundo de mi ser.
Quiero
pedirte que te dejes abrazar, que vengas una vez más y de mi mano me acompañes
a caminar... pero me arrepiento cuando razono y recuerdo que de cualquier modo,
al final del día te vas a retirar.
Pudimos
haber sido el amor de nuestras vidas, pero no me atreví a tomar las riendas… no
te atreviste a levantar los ojos y cruzar nuestras miradas.
Que tomen nota el Sol, el mar, la
Luna y las estrellas... también los ángeles que aprendan:
Somos simples mortales, si quieren
perfección, miren a su alrededor... solo Dios es perfecto.
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