La verdad es que deberíamos medir el tiempo con suspiros, la vida con anécdotas, las noches con estrellas, las canciones con sonrisas, las tristezas con lágrimas.
A veces me pongo a pensar que las nubes no están llenas de agua, tanto como los ojos no contienen lágrimas. Son perlas dulces y saladas, valiosas para quienes las necesitan y altamente despreciadas por quienes están hartos.
Nada puede evitar que la devaluación del alma se dé de vez en cuando. A veces cuando bajamos a bañarnos al río, la corriente nos regala su sonido, nos refresca el frío y mientras con tu mirada me fortalezco... río.
Desde que la guitarra del abuelo se fue, se rompieron sus cuerdas, se la llevó olvido; se ha regalado un tesoro, la que de rimas y melodías era nido.
Y ahora es la flauta quien suspira y provoca melodías internas que renuevan las paredes externas del cuerpo, así el interior obscuro de noche brilla.
Eres una poesía, donde encuentro las ganas de llorar o decir te quiero, eres la rima que desnuda fragmentos textuales y te cuenta lo que quiero. Una poesía de palabras forzadas solo pide un beso... mi poesía sin sentido llena de desvarío solo intenta expresar que es a ti a quien quiero.
Erizas mi piel, dilatas mis pupilas, aceleras mi pulso... remojo mis labios y sudan mis manos; eres la extraña musa que no imaginaba... eres musa de lo confuso, me robas la seguridad y se me queda todo inconcluso. Sin duda llegará el momento que despierte... y te vea a los ojos... y suspire una vez más como en mis sueños.
Me estas robando los sueños, me estas volviendo loco.
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